martes, 19 de marzo de 2013

Say inner Goddess again, I dare you, I double dare you!!


Quiero dedicar esta reseña (o “lo que van a leer ahora”) a la persona que, sin segundas (pero tal vez –espero, porque me lo merezco- con terceras) intenciones, me metió en este embrollo.


Es poco más de la una de la tarde y hace un rato, mientras iba en el metro desde Puente Alto, terminé el primer (y único tomo que leeré) del famoso y “polémico” 50 Sombras de Grey.  Tengo harto qué decir, o tal vez más de lo mismo. Pero vamos por partes.


[[Quien quiera leer el libro por favor deje de leer esto ahora. Soy una mala persona, y pondré una cantidad ilegal, maliciosa y enferma de spoilers y citas.]]


“Me miro en el espejo y frunzo el ceño, frustrada. Qué asco de pelo.” Y esa fue la primera vez que cerré el libro. Por favor tengan en cuenta lo que significa para mí leer (y ahora comentar) algo que se afirma –con cierto orgullo –que comenzó como un fanfic de Crepúsculo. Pero supongo que había que hacerlo. Y bueno, les cuento…

El libro aparece dedicado a “Niall”, a quien la autora define como “el amo de mi universo” (y a quien esta humilde servidora define como “seguramente su gato”). Volvamos al libro.

 Anastasia Steele es… bueno imagínense a la tipa de Crepúsculo haciendo el papel de Sandra Bullock en Miss Simpatía. ¿Ya? ¿Lo hicieron? Bueno, ahí tienen a su protagonista. Que durante todo el primer párrafo del libro nos deleita con la problemática de no saber cómo peinarse.
Bueno, Anastasia (De aquí en adelante “Ana”), parte a hacer una entrevista a Christian Grey, evidente, como sucede en estas historias, el tipo está totalmente fuera de la lista de conocimientos de la intelectual Ana, lo que me causa la primera objeción. ¿Por qué ser una mujer intelectual, amante de la literatura clásica, lógica e inteligente debe mantenerte alejada de la tecnología y la frivolidad que rodea el mundo? Bueno, esta chica se nos presenta un tanto arrogante. Tal vez “demasiado” para el mundo. No, esa mamonada de la chica simple, ingenua, perna y creyente en el amor no me la trago. La tipa es resentida, no se siente bonita y por ende siente que tiene que compensarlo con su inteligencia, haciendo –a lo Juno –un comentario ultra sofisticado para todo. Demasiado irreal. Se merece todos los azotes que le dan.

Pero bueno, llega en su escarabajo (por qué todos los intelectualoides  o tienen escarabajos o el auto de Scooby Doo?) a un edificio elegantoso y lleno de gente rubia. Donde, claro, se siente incómoda y de alguna manera superior por no encajar ahí. Aquí llegamos al punto en que la autora enciende la tele, y –cual película mamona del sábado en la tarde –hace caer a su protagonista de bruces ante el escritorio gigante de la oficina gigante del tipo que… bueno, la tiene gigante (pero me adelanté como 200 páginas). Siempre me he preguntado cómo las protagonistas vírgenes de estas historias definen esos “miembros” como grandes si en teoría nunca antes habían visto uno (pero eso es una nota al margen). Bueno, en qué iba? Ah, sí, la mina se recupera, le hace la entrevista al tipo y suceden dos cosas reiterativas y muy molestas: la primera es que la tipa no puede terminar una frase sin decir que el tipo es rico, lo que es tan reiterativo que en verdad a media página ya no te importa. Y la segunda, es que le resulta imposible terminar un párrafo sin que alguien “frunza” algo (el ceño, la mirada, la boca, la mano, el poste, el perro, el gato, lo que sea). En fin el tipo es pesado y mino y la tipa es bruta. Entonces ella hace algún comentario inteligente, él sonríe y yo recuerdo que no estoy leyendo una novela de Sailor Moon. Y ella vuelve a su vida y su trabajo dentro de lo que puede. Entonces se encuentra con él, y a él le encanta porque, qué mejor que la mina que quieres amarrar a tu cama con cables y cuerdas trabaje en una ferretería?. La chica se graduará pronto y el es como el mecenas de la universidad, le entrega el diploma, lo que me hace pensar en que si él es tan importante  y tan ligado directamente a su casa de estudios, CÓMO ES QUE ELLA NO SABE QUE EXISTE?

En fin, avancemos. Blah blah innecesario de mina, bar, borrachera, el amigo latino que siempre le tuvo ganas trata de darle un beso y paf! aparece tuxed... Christian Grey. La mina? enamorada al máximo y el compadre le ofrece...? sexo con látigos. 

Hasta ahora el tipo tiene mi voto, en verdad, incluso el cuarto rojo ese, que parece armería... sí, muy bien, vamos. Ya... vamos. Okey... vamos? Pero nada. Y en la página 100, sí, como si fuera premio al mérito... agarran (porque  Ana dice "oh, pero yo soy virgen" el tipo se da un par de vueltas, mira hacia arriba, le toma la mano y dice "bueno, solucionémoslo"). Y entonces el otro detalle molesto. La traducción. Hay cosas que... bueno, como que sobra un poco de retórica. Me sorprende que la mina pueda decir clítoris a todas luces, pero no vagina. Dice algo así como "el lugar más íntimo", y el otro no se queda atrás, porque no tiene un pene grande, sino "un magnífico miembro". Eso... bueno, como que le quita el entusiasmo. Pero a Ana, que ahora es la nueva cenicienta del sexo, le parece apropiado así. Y hablar de su amiga imaginaria, la "diosa que llevo dentro". En inglés, Inner Goddess, la diosa interior, no suena tan siútico como "la diosa que llevo dentro", que es la otra idea repetitiva y esquizoide que satura estas 473 páginas (que una espera sean de pura cacha, pero más bien son... algo raro). 

Acerca del sexo, bueno... escaso, para ser una novela erótica, o tal vez un poquito cartucho. A ver, estos tipos discuten por casi la mitad del libro, los puntos del acuerdo que Ana debe firmar para empezar a "pertenecerle" a Grey.  Ahí volvió mi pervertida fe en el libro, y tengo que confesar que esperaba una escena de fisting y suspensión. Sádico, pero entretenido, mejor que todo ese sentimentalismo... pero no. 

Pero en verdad no quiero contar el libro. Me da flojera, todos saben que al final ella lo deja (no? no lo saben? bueno, ahora sí). Veamos qué es lo que opino de sus personajes: 

Anastasia Steele: La confirmación de que las mujeres somos las principales promotoras del machismo. En serio. Intelectualoide, pero sin valor, con  una única finalidad: ser claramente sustituíble por la lectora. Que fuera fácil "ponerse en su lugar". Una heroína torpe, llena de los estereotipos más básicos que se crean acerca de nosotras. Una sumisa con aires de grandeza, pero siempre una sumisa. Gracias a ella se vende más bálsamo labial que nunca porque todas las viejujas andan por ahí mordiéndose el labio, a la espera de que un guapetón traumado les diga que se las agarra ahí mismo si siguen haciendo eso. Quiso crear una Lizzie Bennet (orgullo y prejuicio, Jane Austen) del 2011, una heroína así como digna de imitar, pero lo siento chica, te quedas con Marianne (Sensatez y sentimientos. Jane Austen, pero la otra película). 

Christian Grey: Al principio no estaba tan segura de lo que quería hacer esta mujer con él, hasta que aparece esa pequeña interacción del mayordomo, cuando le dice a Ana "es un buen hombre". Entonces la revelación. Un hombre desagradable, en realidad difícil de entender, con severos gestos de ternura, mucha plata, bla bla bla y entonces el empleado de la casa dice que es "un buen hombre"... DARCY?? No, chicoca, te estás equivocando medio a medio y yo te voy a decir por qué: Es cierto, Darcy era un hombre de mucha plata, difícil de entender, que Elizabeth juzga como un monstruo, pero que en realidad termina siendo un tipo de lo más ubicado en la vida. Pero definitivamente NO se le puede comparar con Christian Grey. Este también tiene plata, es incomprendido y todo eso y sin embargo causa simpatía. Pero si me lo preguntan, me recuerda más al tipo de American Psycho que a Darcy. No por las cosas que haga, sino por esos traumas irreversibles inexplicables a lo Bruce Wayne. Y aquí mi opinión al respecto: Mujeres del mundo, son todas unas mediocres. Todas vueltas locas con ser Anastasia, dejándose azotar, recibiendo regalos y que todas sus amigas las vean con este tremendo semental millonario que SIEMPRE la tiene parada. Rico, no? Bueno, a mí no me convence. Yo no quiero tener a un Christian Grey a mi lado, llamándome cada 25 segundos y llenándome el mail de proposiciones (porque durante todo el libro la cosa es "ufff no tienes idea lo que te voy a hacer!" y en verdad no tienes idea, porque no lo hace). No, yo no quiero tener a un Christian Grey. Yo  quiero SER Christian Grey. Mino, con plata, azotando gente like I give a fuck, claro, con muchos menos traumas, mira que el tema de controlarla a algunas les parece de Thriller, a otras de lo más romántico, pero para mí? Para mi resulta increíblemente latero. 

El resto de los personajes: Taylor, el mayordomo? Jarvis. Kate? La amiga, porque tiene que haber una amiga. Elliot? La normalidad. José? El latino sin suerte. Y así el resto de los personajes, todos con la vida resuelta y sin ninguna complejidad. 

Como verán no me gustó el libro, pero no puedo admitir que lo encontré interesante. El romance es chistoso, y para qué les voy a mentir, espero que al igual que yo más de alguna se haya topado con algún "momento" que les resultara familiar. 

Por mi parte Grey ha salido de mi vida, así que le deseo mucha suerte, no logró controlarme, pero de todos modos lo recordaré, porque me dio mucho en qué pensar. Así que si me disculpan, volveré a abrir el cajón de mi escritorio para liberar... Cuentos de amor victorianos :). 


2 comentarios:

Camila dijo...

Siento que "boys over flowers" aporta mas que esto, ya que la protagonista es una "Maria la del barrio" que no tiene donde caerse muerta, pero que tiene dignidad, sentido común, bondad y limitaciones asumidas que la hacen atractiva a los futuros dueños de korea con mas trancas que Bruce Wayne.

Doc Manhattan dijo...

He dicho tantas veces que las supuestas novelas "revolucionarias" para el género femenino son TAN ofensivas como supuestamente lo es la más sucia de las porno, al menos el porno no oculta nada, y es uno de los pocos medios donde la mujer es el centro, y gana muuucho más que la más grande de las vergas. Entre esta mina y Bella de Twilight el rol de las mujeres ha pasado de damsel in distress a dumbass in distress.

Bruce Wayne no tiene trancas, es complejo...mal hablada.

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