Tramo 1. Día #8.
Luego de la inesperada laguna del fin de semana (de antemano mis disculpas, sé lo mucho que esperan cada día el momento en que les cuento cómo capeo el hambre). Los pondré al tanto:
El frío del viernes, finalmente hizo que sucediera lo inevitable: las ganas de comer chocolate llegaron al punto de ponerme triste. Ganas súper mongólicas en verdad, pero que casi no me dejaban pensar en otra cosa. Así que me puse bien triste (porque ando bien sensible en verdad, parezco mina ahora).
"Tanto te importa como sea yo?" Es cierto que el tema de la dieta fue mi idea, mi decisión, y que nadie me está obligando a hacerlo. Pero (casi) nadie me apoya tampoco, y creo que eso es bien injusto... así que compartiré con ustedes las expresiones de lealtad y compañerismo que más me han llamado la atención:
(** Si sienten que les son familiares... sí, las saqué textuales del chat de facebook, en los casos en que así se diera).
1.- Para qué estás a dieta? Para perder peso, claro, y mantenerme luego en esa nueva "medida". Y para que me preguntes.
2.- Por qué? Porque quiero-puedo.
3.- JAJAJAJAJA estai a dieta????? Resume de manera triste (pero franca) los dos puntos anteriores.
4.- Pero pa qué? haz ejercicio! Yo espero que la persona que me dijo esto NO entienda la relación estrecha entre el ejercicio y una dieta balanceada... y no me esté deseando un infarto.
(esta frase tiene la peligrosa variante de "Haga ejercicio y cierre la boca")
5.- Te apoyo, pero creo que no lo necesitas. Adorable apoyo a regañadientes, pero que se agradece, porque en el fondo te dice "no, no estoy de acuerdo, pero sé que sabes lo que haces".
6.- Esa dieta es re maraca... pero ánimo, porque los resultados te hacen feliz! Una buena amiga? mejor que eso: mi propia hermana.
7.- Ah, un desarreglo no hace nada, yo he hecho dieta dos veces y da lo mismo. El comentario tentador.
8.- La mejor dieta es la balanceada no es no comer! Las minas entienden mal esa wea. Soy la única que detecta un ligero rasgo de misoginia en ese comentario?.
Lamentablemente un porcentaje importante de las personas son más prejuiciosas de lo que parece y malentienden las dietas asumiendo que todo el mundo lo hace: Yo paso hambre, obvio, pero porque no puedo comer chocolates o cosas ricas que tirarían a la basura todo mi esfuerzo anterior. Evidentemente no dejo de comer, y sí, lo complemento con ejercicios en la medida de lo que puedo. En verdad he pensado mucho esto y sé lo que hago, por qué de repente es tan difícil de asimilar?
Desde que el mundo es mundo, objetamos las decisiones de los demás. Cuando eres chico te dicen, claramente que NO te tiene que gustar, y te cambian los dinosaurios por muñecas, o los telescopios por autitos. Ya más grande aparece la queja adolescente: todo tiene un "pero" y el rechazo parental se convierte en el requisito principal para que algunos amigos entren en nuestro círculo. Más adelante las amigas muchas veces nos convertimos en el verdadero filtro a la hora de salir con alguien, y así, la vida sigue con las objeciones que hacemos a todo y a todos. No pienso parar con esa costumbre ancestral, pero me reservo el derecho a que me importe una soberana raja.
Entonces ese mismo viernes recibí una llamada de la Paola, que está haciendo la dieta conmigo. Y me hizo muy bien escucharla. De verdad necesitaba compartir lo que me pasaba con alguien, y qué mejor con quien hace lo mismo que yo?.
Y una botella de agua para mí, por favor. El sábado hice algunas cosas que me permitieron dejar de pensar en esto, sin embargo la vida social no para y al parecer tampoco perdona, porque ya cerca de las 5 estaba camino a juntarme con mis amigas a ver Frankenweenie (que a todo esto es bien buena, pero definitivamente no es para niños, es más bien para quienes recordamos al viejo Burton con cariño y respeto... antes de que Disney se comiera su alma creativa y lo hiciera tratar de emparejar al hombre del sombrero con Alicia). Qué ganas de comerme uno de esos churros cuáticos que venden en el Hoyts, pero no, siempre firme, sin dejar que el miedo al error me vuelva casi agorafóbica. Me latea no comer cosas así, claro, pero menos que antes. porque siento que cada vez falta menos, y noto el cambio lento, pero que va a perdurar.
Y el domingo fui al Filippo y me compré... un agua mineral. Aún lo recuerdo con dolor, pero con una suerte de orgullo nuevo hacia mi cada vez más renovada fuerza de voluntad.
Pero no todo ha sido dieta y sentirse con los amigos que no han resultado como apoyo moral. Hoy fui con la Antonia al colegio y no quería entrar. Así, sin más, se enroscó en mi pierna y decidió que no iba a entrar. Asomé la cabeza hacia la sala y le di a entender a la tía que necesitaba "refuerzos". Ella llegó, la trató de abrazar, le ofreció actividades, pero nada. La cabra chica seguía apernada ahí, dispuesta a seguirme hasta el fin del mundo, menos a la sala de clases. Entonce pasó algo curioso: como la tía se demoraba mucho, los niños comenzaron a asomar la cabeza a ver qué pasaba, y cuando vieron a la Antonia la abrazaron, la tomaron de la mano y la invitaron a entrar. Ni se despidió de mí, sólo me hizo extender la mano y me dijo "me cuidas esta piedra?" y me entregó ese trofeo infeccioso que recogió en alguna parte. Entonces, mientras seguía mi rumbo pensé en lo importantes que son los amigos, en toda clase de procesos. Entendí ese momento en que incluso superan a la familia, aunque aparezcan y desaparezcan, aunque sean como las tendencias y vuelvan por temporadas, aunque cual moda duren 6 meses, los amigos son demasiado importantes en la vida de las personas porque marcan esa pequeña diferencia entre el hacer y el no hacer, aunque les hagas caso o decidas hacer sólo para llevarles la contra. Son los que te avalan, te critican o incluso te dan la idea, son los que te impresionan y a los que buscas impresionar. Son la gente con la que te enojas y de la que esperas llamadas, que te animan por mensaje de texto, hacen risa de tus errores y muchas veces se enemistan con tus enemigos de modo solidario, alimentan el pelambre, se ríen de tus chistes, te acompañan, te exigen compañía. Claramente la Antonia no vio en este gesto lo que yo vi, pero espero que algún día en el futuro lo haga.
PS: YA QUEDA MENOS PARA FINALIZAR EL TRAMO 1!!!
PS2: luego se vienen los 10 días de comer manzana jajajaja.
lunes, 12 de noviembre de 2012
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2 comentarios:
TT___TT me conmovio demasiado lo que relataste sobre la Antonia.
Pucha, yo tb he tratado de seguir el regimen (a mi manera, con todas mis necesidades), pero me cambie de casa (hasta el 10 de diciembre), y mi mamá no contribuye trayendome una bolsa de papas fritas gigante xD
Ahora mi humilde opinión: es tu salud y es la conformidad que buscas en tí misma la que te llevo a hacer dieta. Que tus amigos te apoyen (yo entre ellos), o no, debería ser irrelevante (no digo que lo sea), de modo que, en las actividades con ellos, (que ya reconociste hace rato q involucran comida), eres tu la que debe tener la fuerza de voluntad y reprimirse. En mi caso, yo llevo para todos lados mi bebida zero o coacciono a los demas a que las traigan (ya q las otras minas se avalanzan sobre mi bebida... SIEMPRE xD).
Frankenwennie es hhermosa. En youtuve esta el original en personitas, que fue mil veces mejorado en esta ultima version (yo me gané entradas pa la avant premier por septimo vicio y ni recordaba haber participado xD)
Besos!
Fuuuerza de voluntad upgradeada a +10 jajaja, sip, sorry por el comentario ñoño XD, pero no lo pude dejar de pensar ;) Uno parte lento en las nuevas aventuras, pero se va ganando destreza y habilidad con el pasar de los días, ya va a estar mejor y más fácil la cosa.
Y fue impresionantemente wena y fuerte la escena de la Anto (y la observación y reflexión posterior) hay que aprovechar ejemplos asi.
Beeeesos Javi
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